
Charly
Capítulo 1

El Muñeco Charly y la Misteriosa Tienda de Juguetes
Había una vez un niño llamado Oscar. Era curioso y aventurero. Una tarde de lluvia, su mamá lo llevó a una extraña tienda de juguetes.
—Puedes elegir un juguete —le dijo su mamá con una sonrisa.
Su mamá aceptó, pagó el juguete y volvieron a casa.
Puedes elegir un juguete

Si!!!
Oscar encontró algo especial… un muñeco de cabello rojo y ojos azules. Tenía una gran sonrisa y llevaba un traje de jardinería de colores vivos. En la caja se leía: “Charly, tu nuevo mejor amigo”.
—¡Quiero éste! —dijo Oscar, abrazando al muñeco.
Su mamá aceptó, pagó el juguete y volvieron a casa.
¡Quiero éste!


Esa noche, mientras la lluvia golpeaba la ventana, Oscar colocó a Charly en su estante junto a otros juguetes. Pero algo extraño pasó. A la medianoche, Oscar escuchó un ruido en el pasillo.
—¿Qué fue eso? —se preguntó, frotándose los ojos.
Se asomó al pasillo y vio una pequeña sombra moviéndose rápidamente hacia la cocina.
Oscar sintió un escalofrío, pero pensó que era su imaginación y volvió a la cama.
¿Qué fue eso?

A la mañana siguiente, la mamá de Oscar estaba confundida.
—¿Quién comió las galletas de la cocina? —preguntó, mirando la bandeja vacía.
—¡No fui yo! —dijo Oscar con la boca llena de cereales.
—Tal vez fue él —dijo su mamá en broma, señalando a Charly, quien estaba sentado en la mesa junto a Oscar.
Los dos rieron, pero Oscar se sintió un poco inquieto. ¿Cómo había llegado Charly hasta la mesa?
¿Quién comió las galletas de la cocina?


¡No fui yo!
Tal vez fue él jajaja
—Esta noche me quedaré despierto. Si Charly se mueve, lo veré.
Cuando todos se durmieron, encendió la linterna y se escondió bajo su manta. Pasaron los minutos, luego las horas… hasta que algo pasó.
El muñeco Charly, que estaba en la estantería, movió la cabeza lentamente. Click. Sus ojos se giraron hacia la puerta.
Oscar contuvo la respiración. Su corazón latía con fuerza, pero no se movió.
—¡Lo sabía! —pensó, apretando su linterna.
El muñeco bajó de la estantería con pasos pequeños y se dirigió a la cocina. Oscar siguió en silencio, con su linterna en la mano.
¡Ahí estaba Charly, comiendo otra vez las galletas!
—¡Te atrapé! —gritó Oscar, encendiendo la linterna.
Charly se quedó congelado, como si volviera a ser un simple muñeco.
Si Charly se mueve, lo veré

Al día siguiente, Oscar le contó todo a su mamá, pero ella no le creyó.
—Oscar, tal vez fue un sueño —dijo su mamá, sonriendo.
Pero Oscar no se dio por vencido. Siguió observando a Charly con atención.
Esa noche, Oscar tuvo una idea. Colocó un plato de galletas en la mesa y escondió una pequeña cámara que había encontrado en la habitación de su papá.
—Esta vez te atraparé, Oscar —dijo con una sonrisa.
Esta vez te atraparé

A la mañana siguiente, Oscar revisó la grabación y lo vio todo: Charly moviéndose lentamente, bajando de la estantería y comiendo las galletas.
Oscar llevó el video a su mamá, quien esta vez se quedó sin palabras.
—¡Oscar, tienes razón! —dijo con asombro.
—¿Qué hacemos con Charly? —preguntó Oscar.
—Lo llevaremos de vuelta a la tienda —dijo su mamá con firmeza.

Esa tarde, volvieron a la tienda de juguetes. Cuando vieron a Charly, una persona en la tienda sonrió con un brillo extraño en los ojos.
—¿No te gustó tu nuevo amigo? —preguntó con una voz suave.
—Se movía solo, pero yo fui más inteligente —dijo Oscar con una mirada decidida.
La persona de la tienda se quedó callada por un momento, luego sonrió.
—Este esta descompuesto, te devolveré tu dinero —dijo, mientras tomaba a Charly y lo colocaba en una estantería.
Desde ese día, Oscar se sintió más fuerte y valiente. Sabía que, con atención y determinación, siempre podría descubrir la verdad.